
Entrevista a Maria Luisa Storani por Alejandra Waingand 14.5.2009
Publicado por la revista virtual ARTEMISA
La militante feminista María Luisa Storani fue designada secretaria de la Mujer del Partido Radical en marzo pasado. Desde ese puesto, intimó a autoridades radicales de todo el país a respetar el cupo femenino en las listas. Además, es la séptima candidata a diputada nacional para las elecciones del 28 de junio en la lista del Acuerdo Cívico y Social que encabeza Margarita Stolbizer y tiene a Marcela Rodriguez en tercer lugar.
María Luisa Sotrani, reconocida militante de los derechos de las mujeres, dirige la Secretaría de la Mujer de la Unión Cívica Radical (UCR) desde el 31 de marzo de 2009, un cargo que estaba acéfalo. La dirigenta reconoce que aún es marginal la representación femenina en las conducciones de los partidos políticos y que hay inequidad en la distribución de cargos electorales. De todos modos confía en que su militancia política y en los derechos de las mujeres la prepararon para confrontar esas situaciones. Es también séptima candidata a diputada nacional en la lista del Acuerdo Cívico y Social que encabeza Margarita Stolbizer (Coalición Cívica) en la provincia de Buenos Aires. Representó a la UCR en el Congreso Internacional de la Mujer en Beijing y hasta principios de este año dirigió el Centro de la Mujer del distrito bonaerense San Fernando.
A pesar de pertenecer a una familia de políticos, donde destaca la figura de su hermano Federico Storani, necesitó años de militancia para arribar a un lugar de decisión en el partido y postularse para una candidatura nacional. “Hay mucho machismo en los partidos, incluso en el radicalismo que tiene una tradición importante en la lucha por la equidad”, reflexionó Storani, recordando la labor de Florentina Gómez Miranda, Norma Allegrone de Fonte y María Teresa Molina en las leyes de divorcio vincular, patria potestad compartida, cupo femenino, entre otras.
Storani celebró de todas maneras que el presidente del partido, Gerardo Morales, la convocara para ocupar el cargo de secretaria de la Mujer, ya que estaba acéfalo desde 2000. “Desconozco el motivo, creo que tuvo que ver la debacle partidaria que sufrimos durante esos años. También faltó que las mujeres radicales demos mayor visibilidad a este espacio”, explicó dando cuenta de un problema conocido para las mujeres que quieren mejorar su acceso a la vida política: las secretarias de la mujer y sus equivalentes dentro de las estructuras partidarias son marginadas, poco funcionales e incluso inactivas.
De cara a los comicios legislativos del 28 de junio, la misión principal de la Secretaría de la Mujer de la UCR fue custodiar la cuota mínima de 30 por ciento de presencia femenina en las listas electorales. Se trata de un objetivo difícil debido a las duras negociaciones que emprenden los distintos sectores políticos para ubicar sobre todos a sus representantes varones en los lugares más relevantes. De hecho en la capital porteña la titular del INADI, María José Lubertino impugnó la lista del Acuerdo Cívico y Social, que encierra alianzas entre radicales, socialistas, cobistas, http://webmail.arnet.com.ar/images/blank.png de la Coalición Cívica (CC) y de otras agrupaciones políticas. Es que Elisa Carrió (CC) fue nominada en el tercer lugar, detrás de Alfonso Prat Gay y Ricardo Gil Lavedra, y según la legislación en materia electoral, las alianzas que participan por primera vez en una contienda deben tener postulantes mujeres por lo menos en uno de los dos puestos principales.
Igualmente Storani aseguró que la mayoría de los 24 distritos electorales cumplen con la Ley 24.012 de Cupo Femenino sancionada en 1991. Jujuy es la única provincia donde no se respeta esta cuota. Allí una comisión procupo integrada por dirigentas de distintos partidos y mujeres independientes presentó una acción de amparo exigiendo la impugnación de las listas electorales, pero durante la primera semana de mayo la justicia jujeña se declaró incompetente debido a que no existe una ley provincial que la legitime.
-¿Este problema emerge en todos los partidos?
-Sí, es una situación de solidaridad patriarcal y machista con dirigentes de los partidos. Hace dos semanas los legisladores jujeños iban a unificar dos proyectos de ley sobre cupo femenino a nivel de las comisiones, sin embargo los varones se ausentaron y dejaron a las mujeres sin quórum para tratar el tema.
-¿Cómo es la distribución de lugares en las listas?
-Generalmente las mujeres son nominadas para el tercer puesto, mientras que los varones se quedan con los dos principales. -¿Las alianzas partidarias como el Acuerdo Cívico y Social implican avances o retrocesos en la tarea de distribuir cargos equitativamente?
-En las mesas de negociaciones donde los varones son mayoría, las mujeres debemos escuchar cosas como ‘quién paga el cupo’. Tanto en las alianzas como en los partidos conviven diversas líneas internas, que postulan una mujer o un varón según el lugar que obtienen en la nómina de candidatos. Cuando estas agrupaciones deben nominar mujeres siempre se quejan. Nosotras luchamos arduamente contra este tipo de situaciones.
-¿La participación de mujeres en cargos partidarios es representativa?
-Nuestra Carta Orgánica prevé el cupo femenino de 30 por ciento para cargos partidarios, pero no se cumple. La Secretaría de la Mujer también va a monitorear esta situación.
-¿Cómo prevén mejorar la participación femenina en el partido?
-Estamos impulsando un proyecto sobre paridad de género dentro del partido, es decir una reforma de la Carta Orgánica. Desde la Secretaría de la Mujer viajaremos a las provincias para explicar la iniciativa a los convencionales radicales, que deben elaborar esta reforma junto con referentes de la Juventud y la Franja Morada. Este tema deberá discutirse y aprobarse en la Convención Nacional de noviembre.
-¿Qué circunstancias determinaron tu designación?
-Mujeres del Centro de la Mujer de San Fernando fuimos convocadas por el presidente del partido Gerardo Morales para hacer aportes al proyecto de violencia de género que iba a debatirse en el parlamento. En esa oportunidad mencionamos el Consenso de Quito y el compromiso del radicalismo de lograr paridad de género en su estructura partidaria. Inclusive hablamos del proyecto de paridad. A Morales le gustó la iniciativa y este año nos convocó para avanzar en ese tema desde la Secretaría de la Mujer.
-¿Qué posición tiene el partido en torno a los derechos sexuales y reproductivos?
-Está a favor de estos derechos. Hay organizaciones civiles afines al radicalismo que están monitoreando continuamente el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. Puedo firmar que no está funcionando bien. Por ejemplo en el norte de la Provincia de Buenos Aires faltan insumos. Esta falta fue grave el año pasado e impactó en la vida de las mujeres debido a los embarazos no deseados. Creció el número de abortos clandestinos y la muerte de mujeres por septicemia.
-¿Esa posición se mantiene en el tema aborto?
-El partido es abierto también en este tema. En el Congreso no tenemos proyectos propios, pero hemos apoyado iniciativas tanto en el Senado como en Diputados. -Lideresas radicales esperaban que la gestión de Cristina Fernández avanzara en problemas como la violencia machista...
-La gestión de Cristina (Fernández) no avanzó en nada. De hecho nos retrazamos en cuestiones esenciales como los derechos sexuales y reproductivos. Por otra parte, el Consejo Nacional de al Mujer está en su peor momento. Tiene un presupuesto mínimo y no ha ejecutado ninguna política propia en violencia de género.
-¿Crees que la ley integral contra la violencia machista sancionada recientemente es suficiente para combatir el flagelo en Argentina?
-Esa ley tiene algunos aspectos muy buenos, pero me preocupa su ejecución. Creo que debemos monitorear que la norma se cumpla. La ley de trata por ejemplo salió hace más de un año y sin embargo no se reglamentó, de modo que no tiene presupuesto. -¿La Secretaría de la Mujer de la UCR intervendrá en el tema de la trata de personas?
-Sí, vamos a trabajar con las concejalas de todo el país a fin de controlar las habilitaciones municipales de wiskerías, cafés, pules, etcétera, para identificar dónde funcionan los prostíbulos. De todos modos en este tema vemos que hay una concentración en el Ministerio de Justicia. Esto no es bueno porque en el eslabón de corrupción la mayoría de las sospechas han recaído en las fuerzas de seguridad.
María Luisa Sotrani, reconocida militante de los derechos de las mujeres, dirige la Secretaría de la Mujer de la Unión Cívica Radical (UCR) desde el 31 de marzo de 2009, un cargo que estaba acéfalo. La dirigenta reconoce que aún es marginal la representación femenina en las conducciones de los partidos políticos y que hay inequidad en la distribución de cargos electorales. De todos modos confía en que su militancia política y en los derechos de las mujeres la prepararon para confrontar esas situaciones. Es también séptima candidata a diputada nacional en la lista del Acuerdo Cívico y Social que encabeza Margarita Stolbizer (Coalición Cívica) en la provincia de Buenos Aires. Representó a la UCR en el Congreso Internacional de la Mujer en Beijing y hasta principios de este año dirigió el Centro de la Mujer del distrito bonaerense San Fernando.
A pesar de pertenecer a una familia de políticos, donde destaca la figura de su hermano Federico Storani, necesitó años de militancia para arribar a un lugar de decisión en el partido y postularse para una candidatura nacional. “Hay mucho machismo en los partidos, incluso en el radicalismo que tiene una tradición importante en la lucha por la equidad”, reflexionó Storani, recordando la labor de Florentina Gómez Miranda, Norma Allegrone de Fonte y María Teresa Molina en las leyes de divorcio vincular, patria potestad compartida, cupo femenino, entre otras.
Storani celebró de todas maneras que el presidente del partido, Gerardo Morales, la convocara para ocupar el cargo de secretaria de la Mujer, ya que estaba acéfalo desde 2000. “Desconozco el motivo, creo que tuvo que ver la debacle partidaria que sufrimos durante esos años. También faltó que las mujeres radicales demos mayor visibilidad a este espacio”, explicó dando cuenta de un problema conocido para las mujeres que quieren mejorar su acceso a la vida política: las secretarias de la mujer y sus equivalentes dentro de las estructuras partidarias son marginadas, poco funcionales e incluso inactivas.
De cara a los comicios legislativos del 28 de junio, la misión principal de la Secretaría de la Mujer de la UCR fue custodiar la cuota mínima de 30 por ciento de presencia femenina en las listas electorales. Se trata de un objetivo difícil debido a las duras negociaciones que emprenden los distintos sectores políticos para ubicar sobre todos a sus representantes varones en los lugares más relevantes. De hecho en la capital porteña la titular del INADI, María José Lubertino impugnó la lista del Acuerdo Cívico y Social, que encierra alianzas entre radicales, socialistas, cobistas, http://webmail.arnet.com.ar/images/blank.png de la Coalición Cívica (CC) y de otras agrupaciones políticas. Es que Elisa Carrió (CC) fue nominada en el tercer lugar, detrás de Alfonso Prat Gay y Ricardo Gil Lavedra, y según la legislación en materia electoral, las alianzas que participan por primera vez en una contienda deben tener postulantes mujeres por lo menos en uno de los dos puestos principales.
Igualmente Storani aseguró que la mayoría de los 24 distritos electorales cumplen con la Ley 24.012 de Cupo Femenino sancionada en 1991. Jujuy es la única provincia donde no se respeta esta cuota. Allí una comisión procupo integrada por dirigentas de distintos partidos y mujeres independientes presentó una acción de amparo exigiendo la impugnación de las listas electorales, pero durante la primera semana de mayo la justicia jujeña se declaró incompetente debido a que no existe una ley provincial que la legitime.
-¿Este problema emerge en todos los partidos?
-Sí, es una situación de solidaridad patriarcal y machista con dirigentes de los partidos. Hace dos semanas los legisladores jujeños iban a unificar dos proyectos de ley sobre cupo femenino a nivel de las comisiones, sin embargo los varones se ausentaron y dejaron a las mujeres sin quórum para tratar el tema.
-¿Cómo es la distribución de lugares en las listas?
-Generalmente las mujeres son nominadas para el tercer puesto, mientras que los varones se quedan con los dos principales. -¿Las alianzas partidarias como el Acuerdo Cívico y Social implican avances o retrocesos en la tarea de distribuir cargos equitativamente?
-En las mesas de negociaciones donde los varones son mayoría, las mujeres debemos escuchar cosas como ‘quién paga el cupo’. Tanto en las alianzas como en los partidos conviven diversas líneas internas, que postulan una mujer o un varón según el lugar que obtienen en la nómina de candidatos. Cuando estas agrupaciones deben nominar mujeres siempre se quejan. Nosotras luchamos arduamente contra este tipo de situaciones.
-¿La participación de mujeres en cargos partidarios es representativa?
-Nuestra Carta Orgánica prevé el cupo femenino de 30 por ciento para cargos partidarios, pero no se cumple. La Secretaría de la Mujer también va a monitorear esta situación.
-¿Cómo prevén mejorar la participación femenina en el partido?
-Estamos impulsando un proyecto sobre paridad de género dentro del partido, es decir una reforma de la Carta Orgánica. Desde la Secretaría de la Mujer viajaremos a las provincias para explicar la iniciativa a los convencionales radicales, que deben elaborar esta reforma junto con referentes de la Juventud y la Franja Morada. Este tema deberá discutirse y aprobarse en la Convención Nacional de noviembre.
-¿Qué circunstancias determinaron tu designación?
-Mujeres del Centro de la Mujer de San Fernando fuimos convocadas por el presidente del partido Gerardo Morales para hacer aportes al proyecto de violencia de género que iba a debatirse en el parlamento. En esa oportunidad mencionamos el Consenso de Quito y el compromiso del radicalismo de lograr paridad de género en su estructura partidaria. Inclusive hablamos del proyecto de paridad. A Morales le gustó la iniciativa y este año nos convocó para avanzar en ese tema desde la Secretaría de la Mujer.
-¿Qué posición tiene el partido en torno a los derechos sexuales y reproductivos?
-Está a favor de estos derechos. Hay organizaciones civiles afines al radicalismo que están monitoreando continuamente el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. Puedo firmar que no está funcionando bien. Por ejemplo en el norte de la Provincia de Buenos Aires faltan insumos. Esta falta fue grave el año pasado e impactó en la vida de las mujeres debido a los embarazos no deseados. Creció el número de abortos clandestinos y la muerte de mujeres por septicemia.
-¿Esa posición se mantiene en el tema aborto?
-El partido es abierto también en este tema. En el Congreso no tenemos proyectos propios, pero hemos apoyado iniciativas tanto en el Senado como en Diputados. -Lideresas radicales esperaban que la gestión de Cristina Fernández avanzara en problemas como la violencia machista...
-La gestión de Cristina (Fernández) no avanzó en nada. De hecho nos retrazamos en cuestiones esenciales como los derechos sexuales y reproductivos. Por otra parte, el Consejo Nacional de al Mujer está en su peor momento. Tiene un presupuesto mínimo y no ha ejecutado ninguna política propia en violencia de género.
-¿Crees que la ley integral contra la violencia machista sancionada recientemente es suficiente para combatir el flagelo en Argentina?
-Esa ley tiene algunos aspectos muy buenos, pero me preocupa su ejecución. Creo que debemos monitorear que la norma se cumpla. La ley de trata por ejemplo salió hace más de un año y sin embargo no se reglamentó, de modo que no tiene presupuesto. -¿La Secretaría de la Mujer de la UCR intervendrá en el tema de la trata de personas?
-Sí, vamos a trabajar con las concejalas de todo el país a fin de controlar las habilitaciones municipales de wiskerías, cafés, pules, etcétera, para identificar dónde funcionan los prostíbulos. De todos modos en este tema vemos que hay una concentración en el Ministerio de Justicia. Esto no es bueno porque en el eslabón de corrupción la mayoría de las sospechas han recaído en las fuerzas de seguridad.
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